Una gran preocupación de todas las empresas y sus ejecutivos es la desmotivación de sus colaboradores, y es qué ¿Cómo mantener la motivación? Sobre todo en épocas de crisis como la que estamos viviendo. Y en la que muchas de ellas han tenido que reducir su personal, controlar los costos y tratar de mantener a flote su empresa. Todos queremos que nuestro personal se mantenga siempre motivado, deseosos de aportar más, de realizar un buen trabajo, de poner su mayor voluntad al servicio de los resultados.

Algunos, sobre todo en el área de ventas, aplican fórmulas para incentivar a su personal, porque suponen que con dinero se resuelve todo, y que los colaboradores se mueven por incentivos económicos más que por cualquier otra razón. Otros amenazan con despidos, lo cual es otro gran error, ya que la amenaza no es en modo alguno un motivador. Lo cierto es que todos quieren motivar y todos quieren ser motivados.

Pero ¿quién motiva al motivador? Cómo nos podemos reconfigurar en un instante, y encontrar la varita mágica que nos permita estar bien motivados para enfrentar todos los problemas y decisiones con que nos tenemos que enfrentar diariamente.

Un ejecutivo motivado

La esencia de un ejecutivo motivado está en la calidad de las relaciones individuales que cada directivo tiene con sus colaboradores, y en la confianza, el respeto y la consideración que sus empleados le prodigan diariamente. El buen ambiente laboral, el buen trato hacia los empleados, tomar en cuenta sus opiniones, darles oportunamente la información que sea importante para ellos, invitarlos a participar en algunas decisiones, sobre todo cuando les afecta directamente a su trabajo. Son apenas una muestra de las pequeñas cosas que pueden cambiar los resultados y por ende nuestra motivación como ejecutivos.

Si a las personas se les da la oportunidad no solo de realizar su trabajo, sino de ejercer acciones que influyan en los resultados, ellas van a responder con entrega y se pondrán la camiseta de la empresa asegurándose de que las cosas se hagan bien y den el mayor resultado posible.

Y que mejor motivación para el motivador que desencadenar esa oleada de energía en sus empleados, esa comprensión mutua entre empleados y gerentes que permitan alcanzar metas de alta calidad, servicio excelente y utilidades justas. Sin lugar a dudas la mejor motivación para cualquier líder.

CUANDO LOS EJECUTIVOS SE TOMAN EL TRABAJO DE HACER ALGO ESPECIAL POR SUS COLABORADORES, UNOS Y OTROS QUEDAN IGUALMENTE MOTIVADOS.

Lic. Jaime López González jlogon@mpgca.com